Hoy celebramos el Día Mundial del Reciclaje para concienciar a todas las personas sobre la importancia de reciclar los residuos que generamos para cuidar el medio ambiente y contribuir a combatir el cambio climático.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) estableció el Día Mundial del Reciclaje en 2005 con el fin de promover una mayor responsabilidad, tanto por parte de los consumidores, como por quién extrae la materia prima y el que la transforma en un bien de consumo. Para animar al reciclaje, esta celebración sirve para recordar algunas de sus ventajas, como la reducción del volumen de residuos, el menor uso de recursos naturales, el ahorro de agua y energía y la reducción de la contaminación, entre otras.
Pero, para lograr una mejora ambiental en la gestión de los residuos, no basta solo con reciclar. Por ello, los expertos insisten en la necesidad de poner en práctica las tres “R”: reducir, reutilizar y reciclar. La primera “R” pasa por recordar aquello de que “el mejor residuo es aquel que no se produce”, siendo más selectivos con nuestras necesidades (repensar) y evitando generar residuos innecesarios tales como envases y envoltorios. Y, llegado el momento en que no podamos evitar los residuos, debemos sacarles el máximo provecho antes de lanzarlos, optando por la reutilización.
Ahora bien, si ya no podemos reducir ni reutilizar deberemos reciclar. El reciclaje consiste en obtener una nueva materia prima o producto, mediante un proceso fisicoquímico o mecánico, a partir de productos y materiales ya en desuso o utilizados. De esta forma, nos permite alargar el ciclo de vida de un producto, evitando el consumo de materias primas para generar nuevos productos y beneficiando al medio ambiente al generar menos residuos. Es decir, el reciclaje no solo sirve para eliminar residuos, sino que es necesario para hacer frente al agotamiento de los recursos naturales de nuestro planeta.
Alianza por la reciclabilidad de envases
Conscientes de la necesidad de hacer frente a estos retos y con el objetivo de mejorar la gestión de residuos, la Cátedra UNESCO de Ciclo de Vida y Cambio Climático ESCI-UPF desarrolla metodología y aplicaciones para una evaluación objetiva de las distintas opciones de gestión de residuos, buscando los puntos de mejora y ayudando en su comunicación. En este esfuerzo, ahora trabaja con el Gremi de la Recuperació de Catalunya, el Packaging Cluster y Dríade Soluciones Medioambientales (DríadeSM) para certificar el grado de reciclabilidad real de los envases en todas las fases de su ciclo de vida y alcanzar un material reciclado de alta calidad, contribuyendo así a la economía circular.
Esta colaboración se enmarca en la metodología del Certificado y Sello de Reciclabilidad, la primera que estudia y cuantifica todas las características del diseño del envase que pueden generar una disminución de la cantidad o calidad de material reciclado teniendo en cuenta todas las fases del proceso (consumo, recogida, clasificación, reciclado y aplicación final). Esta metodología ha sido desarrollada por DríadeSM y ha contado con el apoyo científico de la Cátedra UNESCO ESCI-UPF, que también participa en la revisión continua de la metodología.
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