Xavier Fornt, profesor de Banca Internacional en el Máster en International Management, escribe sobre los BRICS y plantea cómo quedarían las peticiones de los países candidatos a formar parte de la alianza de tener que cumplir requisitos económicos similares a los de la UE.
Comenzaron siendo un simple acrónimo. El término BRIC, inicialmente sin la s final, fue acuñado en 2001 por el ejecutivo bancario neoyorquino Jim O’Neil, quien dirigía el área de investigación económica del prestigioso banco de inversiones Goldman Sachs. Con este acrónimo, O’Neil bautizó a las cuatro economías emergentes más pujantes en la época: Brasil, Rusia, India y China. En el año 2010, Sudáfrica fue admitida en el grupo, convirtiéndose así en los BRICS.
Pero, qué son realmente los BRICS? Hoy por hoy, no pasan de ser una alianza económica, política y social, de un grupo de países que intentan ejercer de contrapeso a los bloques occidentales y más concretamente a los EEUU y a Europa.
La cooperación entre los países BRICS se basa en los principios de respeto mutuo, igualdad soberana y colaboración por consenso entre ellos, sin que existan unos principios fundacionales ni criterios de convergencia al estilo de los que teníamos en la Unión Europea en los años previos a la introducción del Euro como moneda común.
Tampoco existe un proceso de solicitud formal para unirse a los BRICS y las solicitudes, que las hay, deben ser aprobadas por unanimidad de los países ya integrados en la alianza. En la cumbre de 2023, por ejemplo, se admitieron cinco nuevos miembros: Arabia Saudita, Irán, los Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Etiopía.
En la última y reciente cumbre de 2024, celebrada la semana pasada en Kazán, Rusia, se han estudiado las peticiones de anexión de trece nuevos países: Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Indonesia, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Turquía, Uganda, Uzbekistán y Vietnam. Veremos cuáles se aceptan.
La decisión será básicamente política, porque no existen unos criterios de convergencia similares a los de Maastricht para la incorporación de los países europeos a la zona euro. Sin embargo, y a meros efectos académicos, hemos realizado este ejercicio y veríamos cuáles de estos países podrían ser admitidos, en función del cumplimiento de criterios económicos.
Recodemos primero cuáles eran los cuatro criterios de convergencia de Maastricht.
El primero, relativo a la inflación, indica que en los países aspirantes no puede ser mayor de 1,5 puntos sobre la media de los tres países de la zona con la inflación más baja.
En el caso de los actuales BRICS, la inflación más baja se da en en China, que es del 0,6%, en India del 2,4% y en los Emiratos Árabes Unidos del 2,5%. La media sería pues del 1,8% y si a ella le unimos 1,5% más, la inflación en los países aspirantes no podría ser más elevada del 3,3% anual. De los trece países aspirantes, sólo cuatro de ellos, Indonesia (1,8%), Malasia (2,5%), Tailandia (1,2%) y Uganda (3,-%) cumplirían con este requisito.
El segundo criterio, es el referido al déficit público, que no puede superar el 3% del PIB. En este apartado, otra vez tan sólo cuatro aspirantes cumplirían con este criterio: Indonesia (1,6%), Kazajistán (1,5%), Tailandia (2%) y Vietnam (0,7%).
El tercer criterio de convergencia era el relativo a los tipos de interés, cuya cifra no puede superar más de 2 puntos la media de los tres mejores países.
En este caso, los 3 mejores países son China, con unos tipos del 3,3%, los Emiratos Árabes Unidos, con el 4,6% y la India con el 6,5%, lo que nos da una media del 4,8%. Si a esta media le añadimos los dos puntos permitidos, tendríamos que el tipo de interés máximo en los países aspirantes podría ser de hasta el 6,8%. Pues bien, de los trece aspirantes, tendríamos seis países que cumplirían con esta condición. Argelia, Bolivia y Malasia (3,-%), Cuba (2,2%), Indonesia (6,-%) y Tailandia (2,5%).
Finalmente, el cuarto criterio de convergencia de Maastricht, permite una deuda máxima del 60% del PIB.
Ahí es donde encontramos un mayor número de cumplidores entre los aspirantes, quizá porque las emisiones de deuda no tienen demasiada aceptación en los mercados como consecuencia de no despertar demasiada confianza entre los inversores. Este criterio, lo cumplirían absolutamente todos los aspirantes excepto Bolivia (80,1%), Malasia (69,7%) y Tailandia (62,4%).
Hasta aquí nuestro sobrevuelo sobre los BRICS y aspirantes. Si bien su objetivo de convertirse en un contrapeso a los dominantes bloques occidentales parece claro, todavía les queda mucho recorrido para conseguirlo, al menos, a nivel de alianza económica.
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