El mundo ha cambiado, los mercados deben cambiar y también nuestro modelo económico. Las cadenas de suministro deben ser capaces de adaptarse, ser resilientes, para poder ser también sostenibles.
La COVID-19 ha puesto en jaque el modelo económico actual y, aunque hay ciertos sectores que parecían ajenos a esta pandemia, ya se ve que unos cayeron muy rápido, pero todos están siendo tocados y en cierto modo arrastrados a replantear el sistema.
Es imprescindible una transformación de los mercados y para ello es necesario que todos los agentes se impliquen en una nueva forma de hacer: adoptar nuevas medidas, implantar nuevas normas, colaborar, compartir datos, etc.
Las cadenas de suministro no habían estado en el punto de mira, hasta ahora. La fiabilidad y la eficiencia habían sido su objetivo primordial, lo que las ha hecho también más opacas, inflexibles y menos sostenibles. Sin embargo en este momento la prioridad es la resiliencia, la capacidad de adaptarse. Y las empresas que no pueden vigilar la forma en la que materiales y bienes se mueven en esas cadenas, no pueden aplicar prácticas sostenibles.
Adaptarse a las circunstancias significa saber lo que ocurre en toda la cadena de suministro y, por lo tanto, tener la capacidad de rastrear desde el campo a la fábrica, al cliente, el consumidor e incluso más allá. La parte positiva es que las herramientas que apoyan la resiliencia también proporcionan datos para evaluar la relación entre coste, fiabilidad y sostenibilidad.
Herramientas
Los mecanismos para conseguir este cambio son la visibilidad y la trazabilidad. La visibilidad es la capacidad de una empresa de saber lo que ocurre en su cadena de suministro. La información permite analizar en tiempo real y buscar soluciones a posibles problemas. La trazabilidad es la capacidad de poder seguir todo el proceso, desde el origen a la conversión e incluso las certificaciones.
Para conseguir esta visibilidad y trazabilidad y unas cadenas de suministro resilientes, las empresas adoptan las llamadas “torres de control” que ofrecen soluciones técnicas muy diversas. Desde las complejas que pueden predecir disrupciones porque recogen datos en tiempo real de toda la cadena de suministro a las menos complejas que ofrecen datos por lotes de segmentos de la cadena de suministro y, por lo tanto, tienen menos capacidad predictiva.
Las torres de control fomentan la resiliencia y facilitan la incorporación de la sostenibilidad en la toma de decisiones. La trazabilidad es indispensable para recuperar y reutilizar materias primas; y la visibilidad es imprescindible para detectar y aprovechar oportunidades como las que mencionan Francisco Betti, Hernán Sáenz y Juliane Stephan en este artículo, “Cada ciclo reduce el uso de materias primas de entrada. Las cadenas de suministro circulares no se limitan a la circularidad dentro de la cadena de valor de una sola empresa. A menudo los materiales son reciclados por terceros y posteriormente se reintroducen en la cadena de valor de otro sector como sustitutos de las materias primas vírgenes”.
Nuevos desafíos
Hacer frente a los retos actuales significa adoptar medidas que tengan en cuenta la salud humana y el medioambiente. Hace falta transformar los mercados y diseñar un nuevo modelo económico con la creación de mercados sostenibles, cadenas de suministro responsables, superar la desechabilidad, buscar la circularidad y ofrecer soluciones de escalado.
Para ello, hay que vencer algunos obstáculos como la obtención de datos, la fiabilidad de estos datos, la falta de normalización en el intercambio de datos, la ausencia de plataformas y otros aspectos como el temor a la privacidad, etc. Es imprescindible que haya colaboración entre los interesados, ya que disponer de normas y datos comunes significa más desarrollo, menos complejidad en la toma de decisiones y más facilidad para tener puntos de referencia y otras formas de colaboración.
Apostar por la colaboración se debe hacer desde la industria impulsando el desarrollo de las plataformas y el establecimiento de normas. Es clave crear un entorno para compartir datos, experiencias y buenas prácticas, activar una plataforma digital de colaboración, generar confianza mediante certificaciones y adoptar herramientas para crear valor (construir talento con sistemas y procesos; orientar sobre rendimiento, progreso y desarrollo de todo el sector; definir funciones y responsabilidades claras; etc.). Solo así se sumarán otros agentes implicados. Y a medida que otros participantes se unan al esfuerzo, también competidores, los sectores podrán colaborar para garantizar cadenas de suministro eficientes, fiables, resilientes y sostenibles.
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