Hoy se celebra el Día Mundial del Atún que reconoce el papel fundamental del atún en el desarrollo sostenible y llama la atención sobre la importancia de una gestión pesquera sostenible y de conservación para evitar que las poblaciones de atún se reduzcan peligrosamente.
Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible es crucial para asegurar los recursos naturales fundamentales como alimentos, medicinas, biocombustibles y otros productos. Su protección, entonces, parece algo obvio. Sin embargo, la mala gestión de alimentos como el atún pone en jaque el desarrollo sostenible del océano y los recursos que nos brinda. Para poner en valor esta especie y enfrentar sus amenazas, hoy celebramos el Día Mundial del Atún.
Proclamado por las Naciones Unidas en 2016, esta celebración forma parte de los esfuerzos globales para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 14 de la Agenda 2030: Conservar y utilizar de forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible. Que, ¿por qué? El atún representa el 20% del valor de la pesca marítima y más del 8% de todos los productos del mar que se comercializan en el mundo. Por ello, es fundamental para el desarrollo sostenible, la seguridad alimentaria, sus oportunidades económicas, y los medios de vida de más de 200 millones de personas alrededor del mundo empleadas en esta industria, advierte la ONU.
Entre el atún y sus especies afines suman alrededor de 40 tipologías presentes en el océano Atlántico, el Índico y el Pacífico, y el mar Mediterráneo. Además, tiene un alto valor nutritivo, ya que su carne es rica en Omega-3, contiene minerales, proteínas y vitamina B12; así como un gran valor económico. Esto lo convierte en uno de los peces más amenazados ante el exceso de demanda. Y, por tanto, si los mercados de atún no pueden controlar la sobrepesca, el ODS 14 estará en peligro.
El mercado mundial del atún (que genera un valor anual de 10.000 millones de dólares) está orientado, principalmente, a dos productos cuya demanda impulsa la producción de atún: las conservas y el sashimi/sushi. Para satisfacer esta demanda, se descargan aproximadamente 7 millones de toneladas de este pez al año, lo que supone una sobreexplotación de este recurso natural que lleva décadas amenazado por la sobrepesca.
Como resultado de esta sobrepesca en los océanos del mundo, la ONU pide un marco legal internacional para abordar la disminución de las reservas de atún. Esta necesidad, se ha reforzado con los esfuerzos de la comunidad internacional en el ámbito regional o nacional. Y es que actualmente, según la ONU, existen 96 países involucrados en la conservación y gestión del mercado del atún y la FAO lidera proyectos que están dando resultados positivos en la lucha contra la sobrepesca de atún.
Por ello, la organización llama al optimismo “en la lucha por el atún del mañana”, sin perder de vista la necesidad de sumar esfuerzos globales para conseguir “el océano que necesitamos para el futuro que queremos”.
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